EL TIEMPO ES LA HERIDA QUE GOTEA: Hacía una poética carente de obviedad


Por: Fernando Vargas Valencia


Alguien dijo que los excesos de luz enceguecen de tal forma que son hermanos de la oscuridad absoluta. Es difícil pensar en espacios claroscuros si no se tienen las suficientes llagas para lacerarse cuando se transita a tientas. El ser que es ciego es subterráneo y sobredimensiona su tacto para transpirar el rayo. Es una cuestión de fuegos lacerados, como la palabra irradiante de Gladys Mendía quien nos narra la luz de la sangre de sus llagas diminutas a doscientos kilómetros por hora.

¿Qué gotea la herida? No puede ser tan obvio. Si hay cuanto menos una virtud en la poética de mi hermana Gladys Mendía es que sus palabras carecen de toda obviedad. Trashumante metáfora del silencio, como Blanca Varela (interpolada por Octavio Paz), Gladys sabe callar a tiempo, porque cuando calla está abriendo las puertas a la percepción puntual de los interregnos, algo así como una promesa de llegar a envestir al contrario.

Los estados intermedios tienen su alcohol en la palabra transitada por su antípoda de tal forma que cuando el poema frena lo que pretende es volver a sí mismo, revolucionarse y arrancar en medio de las autopistas que a duras penas, dejan en los conductores suicidas, un recuerdo que gotea llantos entrecortados, como heridas de una carretera que no conduce a ninguna parte. Interregno, estado intermedio: parpadeo.

Túnel de lo que se deja presagiar en la herida abierta. Penetrar es llegar y llegar es partir. Bajo esa lógica de la ruptura, todo dolor promete el placer de su olvido. No en vano los amantes se entregan a la derrota bárbara de dejarse penetrar el uno en el otro, como jugando a construir pequeñas heridas en la herida. Noche boquiabierta de los oximorones,el alma lleva las luces de peligro parpadeando la triste /noche que por segundos se convierte en día la bruma /y la arena en una misma orilla”.



Libro: El tiempo es la herida que gotea
Género: Poesía
Autora: Gladys Mendía
Editorial: Paracaídas Editores
Año: 2009
País: Perú
Páginas: 64

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